viernes, 16 de octubre de 2009

MI MADRE



Si pienso en mamá,
pienso en su vientre.
Su vientre gestante
sustento y abrigo.
Su vientre gigante,
mi alcoba, mi nido.

Si pienso en mamá,
pienso en sus labios.
Sus labios que besan,
que hablan, aconsejan
Sus labios que dicen,
que callan, que retan.

Si pienso en mamá,
pienso en sus manos.
Sus manos que acarician,
que curan, que mecen.
Sus manos que cocinan,
que consuelan, protejen.

Si pienso en mamá,
pienso en la mía.
Pienso en su vientre,
sus labios, sus manos.
Gracias por siempre
por estar a mi lado.


SI TE QUIERO ES PORQUE SOS...

Para vos, como todo


No sabía que ese momento sería un hermoso recuerdo años después.

Tengo la cálida evocación de haberte quitado los anteojos y haberte probado lentamente. Todavía guardo el sabor reciente de esos besos, de las adolescentes caricias en la madrugada. Aún siento tus temores absorbiendo mis seguridades, llevándose puesta mi hombría y destejiendo mis vanidades.

Llegaste en el momento justo. Justo cuando mi falta total de respeto por los límites se sentían en mi cuerpo. Cuando con disfraz de mujer maravilla me llevaba puesto el mundo y el mundo a mí.

Apareciste justo para recordarme quién era, para rescatar a la bohème y darle final feliz a la novela.

No pensé entonces que mi compañero de oficina sería el motor de mi vida.

Hoy tengo a mi lado un amigo, que desacomoda mis estructuras y ordena mis delirios.

Tengo a mi lado un esposo centrado, un hombre que siembra futuro, que crece y construye de mi mano.

Tengo a mi lado un padre divertido que descontrola los juegos de los hijos, un padre responsable que los educa, alimenta y proteje, y un padre orgulloso que los ama incondicionalmente y los mima hasta con la mirada.

Tengo a mi lado un compañero, que comparte mis locuras, que me envuelve con sus veleidades y venera mis libertades.

Tengo a mi lado un niño, un eterno soñador, una criatura frágil que busca abrigo en mi abrazo.

Tengo a mi lado un hombre que acaricia en privado mi piel bajo la ropa y me provoca en público sobre ella. Un hombre que revuelve mis hormonas y agita hasta concretar mis más secretas fantasías.

Tengo en vos, amor mío, exactamente lo opuesto a lo que buscaba, exactamente lo que necesitaba.

Cuando me acuerdo de aquel día, de ese amanecer entre vidrios empañados, de esa confesión tan suave, tan tierna, tan tuya, sólo se me ocurre un GRACIAS.

No sabía entonces que tenía tanto amor para darte, tan oculto, tan guardado.