jueves, 22 de marzo de 2012

OTOÑO

Me despierto hoy extrañamente madrugando al sol. Es la misma hora de cada día y, si bien clarea, aún no hay luz. El calor es tenue y sopla una brisa que no es la de ayer. Levanto las persianas y el alba huele diferente: huele a pintura fresca, a pigmentos nuevos. Y mientras deambulo esta alborada, empiezo a disfrutar de los nacientes matices. Son colores que laten en mí. Rojos. Naranjas. Amarillos. Palpitan, vibran en mi interior. Quizás porque son los que deja el fuego de mi verano. Ese verano que saluda y me promete volver, montado en esa nube que se aleja y ahora deja ver a un débil astro rey. Melancolía. Tiempo de empollar nuevos sueños. Hora de abrigar esperanzas. Momento de inspiración. Sublime estación para sentir.